quinta-feira, 21 de fevereiro de 2013

LA GRACIA QUE REINA

Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. Romanos 5:21
Muchos intentos han sido hechos en el sentido de definir y expresar el significado de la gracia. Entre ellos, encontramos esta formula muy popular: gracia es la bondad de Dios mostrada a personas que no la merecen. Según la interpretación del dr.W.C. Taylor, "gracia es el favor no merecido, pero libremente otorgado, - la bondad por la cual Dios manifiesta favores a los que están destituidos de mérito". Charles Spurgeon hablando de la gracia exclama: "Qué abismo es ese de la gracia de Dios? Quién puede medir su extensión? Quién puede atingir su profundidad? Como todos los demás atributos divinos, su gracia es infinita".
El dr.Rimer cuenta que en cierta ocasión llevó a un indio, nacido en el Norte de los Estados Unidos para conocer el Océano Pacífico. El indio quedó encantado con la inmensidad de las aguas, con las olas fuertes, la visión fue deslumbrante! El indio quedó horas seguidas contemplando a aquel espectáculo jamás visto! Cuándo llegó la hora del regreso el dr.Rimer vió al indio corriendo con una botellita en la mano, a fin de llenarla:quería mostrar el Océano Pacífico a sus conterráneos.
Qué ingenuidad! Pero, la misma ingenuidad demonstrada por el indio es revelada a nosotros, cuando nos disponemos a hablar del Océano de la Gracia e Dios. "Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque quién entendió la mente del Señor? O quién fue su consejero? O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén". Romanos 11:33-36.
El apóstol Pablo utilizó la palabra gracia para mostrar lo contrario de "obras y meritos".La gracia, de modo alguno, depende del merito humano: depende solo de la voluntad de Dios. La gracia es absolutamente libre de cualquier influencia humana. "Gracia merecida" es una contradicción. La gracia no puede ser merecida. El verdadero sentido de gracia es que la persona que la recibe no la merece y no hace por merecerla.
La gracia de Dios está fundamentada en la plena y perfecta obediencia de nuestro Señor Jesucristo. La salvación del hombre también está íntimamente unida a la Persona y obra de nuestro Señor Jesucristo. No podemos ser salvos por otros medios, no hay salvación fuera de Jesús. Los regenerados, comprados por Jesús, en adoración y alabanza dicen:…"y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdote para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.".El Apocalipsis 1:5-6.
El acto decisivo en la regeneración está resumido en la expresión "nos dio la vida". Nosotros éramos indiferentes; no teníamos el verdadero interés espiritual; no teníamos gusto por la belleza de Cristo; simplemente estábamos muertos para todo que de hecho importa. Entonces, Dios actuó en gracia, de manera incondicional. Antes que pudiéramos hacer cualquier cosa para ser macetas adecuadas a su gracia.
Él nos dio vida. Él nos despertó del sueño de la muerte de forma soberana para que mirásemos la gloria de Cristo. Nuestros sentidos espirituales, muertos en delitos y pecados, vinieron milagrosamente a la vida. "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Para mostrar en los siglos venideros, las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios". Efesios 2: 4-9.
Hay dos puntos importantes que nos llaman la atención en ese texto. Primero: La salvación se caracteriza por el generoso derramamiento de las riquezas de la gracia divina sobre nosotros. Es un derramamiento inmensurablemente grande y gratuito de la plenitud de Dios – inagotable y auto- suplidora. La gracia no termina porque el pozo del cual procede no tiene hondo. La gracia es gratuita y libre porque Dios es cuidadoso en ser visto como fuente inagotable, y esta fuente que nunca termina de chorrear es Su propia vida.
El Otro punto es que, en la eternidad, Dios nos revelará las abundantes riquezas de su gracia. Esta es la otra faz de los misterios de Dios, quiere decir, la eternidad para hablarnos de Su gracia. Dios nos dio vida y seguridad en Cristo para hacernos beneficiarios de la bondad eterna de esas riquezas infinitas de la gracia. Esto no ocurre porque somos merecedores, pero para mostrar la medida infinita de la dignidad de Él.
La gracia no seria gracia si reaccionase a los "recursos" existentes en el hombre. La gracia es gracia porque resalta los recursos transbordantes de la propia bondad de Dios. Phillips: "Gracia es algo en Dios que está en el corazón de todas Sus actividades de redención, Su rebajarse y extender Su Mano de las altura de Su majestad, para tocar el insignificante y la miseria. Una de las primeras cosas que debemos aprender es evaluar nuestro conocimiento de Dios, teniendo como medida la palabra dicha por Jesús a Pedro: "Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos". (Mateo 16:17).
Sabemos si realmente "conocemos" cuando nos gloriamos de la Fuente de todo el conocimiento. Cuando nos vangloriamos, estamos apenas evidenciando nuestra propia ignorancia, esto porque, el conocimiento revelado nos abate, nos pone por tierra, nos lleva al fin de nosotros mismos. Si el conocimiento no decretar el fin de nosotros mismos, con seguridad no es el conocimiento que viene del Alto.
El profeta Jeremias oyó esto de Dios: "Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas".Jeremías 9:23. El Señor muestra por la boca del profeta, tres grandes factores que concurren para fomentar el orgullo en el corazón humano: Sabiduría, fuerza y riqueza – Cada uno de esos elementos nos seduce para lejos de la dependencia de Dios.
Pero, dónde está nuestra gloria o dónde debemos gloriarnos? El apóstol Pablo inspirado por Dios responde: "Pero lejos esté de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesuscristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo". Gálatas 6:14. La cruz fue la sentencia de muerte pronunciada a respecto de la naturaleza soberbia del hombre. El hombre "natural" o inconverso no admite perder, no admite perder la "buena" opinión del mundo sobre él y, definitivamente, no acepta la gracia de Dios.
El hombre puede tornarse un fakir, sacrificar su propia vida, soportar todas las privaciones, todas las maceraciones imaginables, desde que sea su Yo quien lo haga, y que nada venga de la gracia de Dios. En sentido contrario, no es a nosotros mismos que Glorificamos cuando contemplamos la cruz de Cristo una vez que, por ella, somos totalmente despojados de nosotros mismos.
Es pues, en esa cruz, que el apóstol quiere gloriarse, feliz de estar, por ese medio, muerto para el mundo, feliz por el hecho del mundo haber llegado al fin, juzgado, crucificado y colocado en su lugar de vergüenza, como este mundo lo merecía. Todo esto por la riqueza de la gracia de Dios.
João Bunyan, en su meditación sobre las insondables riquezas de la gracia del Hijo de Dios, exclamó: " Oh Hijo del Bendito! La gracia te quitó de Tu gloria; la gracia te trajo para la tierra; la gracia hizo con que tomases sobre Ti el peso de nuestros pecados, peso inexplicable de maldición; la gracia se encontraba en Tu Corazón; la gracia sangró de Tu lado herido; la gracia estaba en Tus lágrimas; la gracia se encontraba en Tus oraciones; la gracia se derramó de Tu frente coronada de espinos! La gracia se presento con los clavos en las manos y los espinos en la frente! Oh, aquí están las insondables riquezas de la gracia! Gracia para alegrar al pecador! Gracia para la admiración de los ángeles! Gracia para atemorizar a los demonios!".
La gracia atrae a gente de los cuatro cantos de la tierra para formar un nuevo hombre, una nueva creación en Cristo. Cristo salió de la muerte, y nosotros, de la muerte, salimos con Él. Dios nos comunica esta vida. Él nos encontró muertos en delitos y pecados y, por pura gracia nos salvó. Él nos quitó de la muerte tal cuál Cristo salió de ella, y de ella nos hizo salir con Él por el poder de la vida resurrecta a fin de colocarnos en la luz y en el favor de Dios como una nueva Creación, como el propio Cristo allí se encuentra.
Atentemos para esta porción de la palabra de Dios: " Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca". I Pedro 5:10. Vivir por la fe en la gracia que reina significa estar satisfecho con todo lo que Dios es para nosotros en Jesús.
Por eso, vivir bajo el dominio de la gracia significa admitir que Dios está en el comando y que nada en este mundo acontece sin su permisión. Vivir bajo el reino de la gracia significa alegrarse en las debilidades, en los insultos, en las necesidades, en las persecuciones, en las angustias, sabedores de que Él está trabajando en nuestras vidas, con la finalidad de hacernos semejantes a Su Hijo.
"No juzguéis el Señor por los débiles sentidos de vosotros, mas confien en la gracia de Él; por detrás de una providencia algo oscura Él esconde una sonrisa en el rostro". William Cowper. "Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía". Santiago 5:7. Amén.
 
Soli Deo Glória.

Nenhum comentário:

Postar um comentário