quinta-feira, 21 de fevereiro de 2013

EL BINOMIO DEL CRISTIANO

...y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:6
Posición, según el diccionario Aulete, significa "el lugar donde algo o alguien se encuentra". Mientras que la palabra estado tiene el siguiente significado: "condición de una persona o cosa en determinado momento". Las Escrituras hacen una clara distinción entre la posición y el estado del creyente. Comprender esa diferencia es fundamental para no incidir en un engaño, que puede costar toda una eternidad.
Entonces, la posición define el lugar donde tú estás y el estado define la condición en que tú te encuentras. El gran desafío del Evangelio es mostrar donde estamos y cual es nuestra verdadera condición. Y, exactamente, porque punto es de crucial importancia para la vida de cada uno de nosotros, es que hay tanta confusión a ese respecto. En verdad, Satanás es el mayor interesado en mantener el hombre en la ignorancia, pues sabe que la revelación de esta verdad puede determinar para siempre el futuro del hombre.
Por esta razón, entonces, es un gran error tratar de la condición del ser humano, o sea, de su caminar con Dios, sin antes descubrir la posición en que él se encuentra delante del propio Dios. Un hombre puede aparentar tener un buen reracionamiento con Dios, y, al mismo tiempo, estar condenado a la muerte eterna. Era el caso de Saulo, antes de Jesús aparecerle. Como también, puede un hombre haber tenido un pésimo ejemplo de vida, arrepentirse al último instante, y ser salvo. Fue el caso del ladrón arrepentido.
Por lo tanto, la primer deducción que hacemos es la de que, en relación a Dios, la posición es mucho más importante que el estado. La posición, en verdad, define si estamos o no salvos. Mientras que el estado denuncia apenas la condición de nuestro caminar con Dios. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; …" 2 Corintios 5:17ª. Si tú estás en Cristo, estás vivo para Dios, fuiste vivificado por el Espíritu Santo, estás salvo de la condenación eterna y fuiste reconciliado con el Padre. "Pero Dios que es rico en misericordia, por su gran amor con qque nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús". Efesios 2:4/6.
Pro, si alguien no está en Cristo, está muerto por causa del pecado. Y muerte significa separación. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron". Romanos 5:12. Por esta razón, entonces, es un sofisma hablar de estado de cristiano, de la condición de su caminata cristiana, para quién no está con su posición definida en Cristo.
Mientras que aquél que está en Cristo, es hijo de Dios y ocupa una posición de heredero. La gran dificultad de entendimiento está en el hecho de que nada podemos hacer para alcanzar esta posición privilegiada en Cristo. Ni nuestros meritos, ni mismo nuestros esfuerzos son capaces de hacernos hijos de Dios. Esto es obra exclusiva de la gracia del Padre. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se glorie". Efesios 2:8/9.
Nuestra posición en Cristo es definida exactamente cuando creemos, por medio de la fe, en la obra expiatoria de Cristo. "Mas a todos que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" Juan 1:12. Para que alguien esté en la posición de heredero, precisa ser hijo y no desempeñar el papel de hijo.
Para aquellos que están en Cristo, que son hijos y, por tanto, herederos, el apóstol Pablo afirma dos situaciones que acontecen con los creyentes y que, por veces, es olvidada e ignorada:
a)– fueron libertados del imperio de las tinieblas. "el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados". Colosenses 1:13/14.
b)– el pecado no tiene más dominio sobre ellos, "y libertados del pecado vinisteis a ser siervos de la justicia". Romanos 6:18.
Entonces, lo que os resta es creer en estas verdades, por medio de la fe. Y, a su debido tiempo, el Espíritu de Dios testifica en nuestro espíritu que somos sus hijos, y que tenemos esta posición muy bien definida. "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios". Romanos 8:16. Esta posición, por lo tanto, no puede ser conquistada por el hombre. Mejor dicho, él nada puede hacer. Es una posición que no puede ser alcanzada por medio de la oración, diligencia en el servicio, ida regular a la iglesia, donación de esmolas, abnegación, santidad de vida o cualquier otro tipo de buenas obras. Todo es don de Dios por intermedio de Cristo, ya decía Cyrus Ingerson Sconfield, teólogo americano.
Una vez en la posición de hijos de Dios, en Cristo, somos, entonces, exhortados por las Escrituras a mantener un estado correspondiente a nuestra posición. "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas que son de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios". Colosenses 3:1. "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo". I Juan 2:6.

Somos exhortados en este sentido, porque en la mayoría de las veces, el estado en que nos encontramos es muy inferior a la posición privilegiada que ocupamos. Somos herederos de una herencia incorruptible, mas vivimos corrompidos por las cosas del mundo. Y este, sin duda, no es el propósito del Padre para sus hijos.
nuevo nacimiento da al hombre esta posición en Cristo. Mas la regeneración no es el fin, apenas el comienzo de la vida cristiana. Algunas personas creen en la suficiencia de Cristo para su salvación, mas, después, claudican, por ignorar la exhortación que les es hecha para caminar como Cristo caminó, para buscar las cosas del alto. Tanto así, que el apóstol Pablo, escribiendo a los cristianos en Roma, les exhorta a no más vivir en pecado. " Qué, pues, diremos? Perseveramos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, cómo viviremos aún, en él? "Romanos 6:1/2. El mismo Pablo, escribiendo a los cristianos en Corinto, también les exhorta a no caminar según la carne, pues esto impedía el crecimiento espiritual. "porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, no sois carnales, y andáis como hombres? " I Corintios 3,3.
Pero, hay también otro grupo de personas, que se preocupan con su estado delante de Dios, pero no teniendo una posición delante de Él. Aquellos que intentan buscar las cosas del alto, que intentan caminar como Cristo caminó, sin, con todo, ocupar, de hecho, una posición en Cristo. Estos son los fariseos, los hipócritas, los falsos creyentes, que viven en la religión y no según el Evangelio verdadero de Cristo. Esta era, incluso, la condición de Saulo, antes de Cristo aparecerle en el camino para Damascos. Saulo era un perfecto religioso, según Filipenses 3:5/6: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible". Y lo que aconteció con Saulo mismo teniendo él todo ese "currículo" envidiable? No fue capaz de ver a Jesucristo como el Mesías.
Por lo tanto, el orden divina de las cosas, bajo la gracia, es primeramente conceder al hombre la posición, y después, exhortarle a mantener un estado correspondiente a esta posición. Cuándo el hombre obtiene la posición, pero no busca las cosas de arriba ni busca caminar como Cristo caminó, es comparado por Pablo a creyentes carnales. Y, por fin, exigir del hombre un estado, sin que antes él haya obtenido una posición, esto es religión y no evangelio, esto es, la situación de Saulo, antes de tener un encuentro con Jesús.
De cualquier modo, tanto para que seamos colocados en una posición delante de Dios, como para mantener un estado compatible con esta posición, es necesario un requisito indispensable, la infinita gracia de Dios. Lo que hizo Saulo abrir los ojos, tanto en un sentido metafórico cuanto literal, y parar de perseguir la iglesia, no fue su estudio y conocimiento de la ley, pero la soberana gracia de Dios, operando en su favor, de manera inexplicable, bajo el punto de vista de merito humano. El profeta Ananías intentó hasta argumentar con el Señor: Hechos 9:13 "Señor he oído a muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén." Pero la gracia de Dios se revela exactamente como en este pasaje, esto es, como un favor inmerecido. La última cosa que Saulo merecería, como persecutor de la iglesia que era, del punto de vista humano, seria su salvación.
Fue la gracia de Dios quien despertó a Saulo del engaño en que vivía, alterando para siempre el curso de su vida. Hechos 9:3 "Mas yendo por el camino, aconteció que alLlegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo".
Cristianismo es el resultado del binomio (1º.) posición + (2º.) estado. Precisamos estar En Cristo y mirando siempre para Cristo. Solamente así no seremos sabios a nuestros propios ojos ni estaremos perdidos, como aconteció con Saulo. Nuestra posición debe estar firmada en Cristo y nuestros ojos, siempre vueltos para Él. Cuando nuestra atención es desviada o cuando nos descuidamos con las cosas de este mundo, el resultado será siempre nuestra ruina.
Mientas Pedro miró directamente para Jesús, caminó por sobre las aguas y no hundió. Pero bastó que él desviase su atención para las circunstancias, que empezó a sumergir. "Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo, y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: Señor, sálvame! Mateo 14:29/30.
Vida cristiana es un constante caminar sobre las aguas. Y para que esto sea una realidad, no podemos estar en el barco. Mas sí, por fe, en Cristo y con nuestros ojos fijos en Él. El verdadero descanso acontece en el caminar sobre las aguas. Si tú estás en el barco, tú no estás Cristo, tú no estás en el descanso de Dios, estás siendo sostenido por las circunstancias y en el descanso de ellas. Vida cristiana es vida de fe. No es una fe en nuestros conocimientos religiosos o en nuestra experiencia, pero en una persona, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Solo podemos caminar por sobre las aguas si nuestra confianza está en Cristo y si Cristo está en nosotros.
 
Soli Deo Glória.

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